Las bicicletas son ya parte de la estampa de grandes ciudades.

Leemos con más frecuencia de la que nos gustaría que un coche o un camión ha atropellado a un ciclista en la carretera –y que, incluso, muchas veces se da a la fuga– con el resultado del fallecimiento del deportista. Lo triste es que leemos también un tiempo después que las sanciones impuestas a los causantes del atropello son ridículas.

Tras el caso reciente en Soses (Lleida), en el que un turismo atropelló a cuatro ciclistas, de los que fallecieron dos, y el conductor huyó sin prestar ayuda a los heridos, dos asociaciones de ciclistas han reclamado que se considere como homicidio estas muertes. Han exigido también que a los responsables “se les debería retirar de forma permanente el permiso de circulación”.

Así, la Coordinadora Catalana de Usuarios de la Bicicleta y la Asociación para la Defensa de un Ciclismo Seguro han lamentado en un comunicado conjunto que estos atropellos se solventen de forma administrativa en muchas ocasiones con una ínfima cantidad económica. Además, y esto es lo significativo, piden su clasificación de homicidio y la retirada permanente del permiso de circulación para las personas que causen muertos en las carreteras.

En este sentido, piden el ingreso en prisión del conductor de Soses porque “una persona como esta no puede ni conducir ni estar en libertad”. Igualmente, recuerdan que no es la primera vez que se ve a una persona que atropella y mata a ciclistas en libertad. Apuntan que “es indignante volver a ver” cómo queda a la espera de que en unos años la justicia le imponga una multa ridícula y un tiempo de suspensión del permiso de circulación.

La Coordinadora Catalana de Usuarios de la Bicicleta es contundente: “Matar en la carretera sale muy económico”. Aunque aquí en España hay personas que cumplen condena por atropellos similares a este, hay que recordar que la legislación en Inglaterra condena a 21 meses de prisión, la retirada del carné durante 3 años y a pagar una indemnización a una persona que atropella a un ciclista sin producirle la muerte.

Por todo esto, hacen un llamamiento a los partidos políticos para que deroguen la nueva legislación que despenaliza las faltas (así son considerados muchos de los atropellos a ciclistas) y que se legisle para considerar en todo caso homicidio las acciones de la conducción que provoquen la muerte.