Médicos sin Fronteras es una organización de acción médico-humanitaria: asiste a personas amenazadas por conflictos armados, violencia, epidemias o enfermedades olvidadas, desastres naturales y exclusión de la atención médica. La acción humanitaria es un gesto solidario de sociedad civil a sociedad civil, de persona a persona, cuya finalidad es preservar la vida y aliviar el sufrimiento de otros seres humanos: esta es nuestra razón de ser.

Sobre Médicos Sin Fronteras

Médicos Sin Fronteras nace en 1971, pero las raíces de la organización se hunden en la guerra de Biafra.

En 1967, tras años de convulsiones, la provincia nigeriana declara unilateralmente su independencia, y comienza un conflicto brutal. Biafra es cercada por el Ejército nigeriano: el bloqueo no tarda en provocar una hambruna que diezma a una población ya debilitada por la sequía.

Uno de los periódicos que recoge sus denuncias es Tonus, un semanario médico que estaba reclutando facultativos para crear una brigada internacional de emergencia. Médicos y periodistas deciden pasar de las palabras a los hechos y se unen bajo una nueva bandera: Médicos Sin Fronteras.


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Los principios de Médicos Sin Fronteras

El trabajo de MSF está guiado por la ética médica y por los principios de la acción humanitaria. Respetar y defender estos principios permite a la organización prestar ayuda urgente a quien más lo necesita:

  • Humanidad: todas las personas tienen derecho a ser asistidas en su hora de mayor necesidad.
  • Independencia: ningún poder político, económico o religioso dicta las acciones de MSF.
  • Imparcialidad: los equipos médicos no preguntan por la raza, la religión o la ideología de los pacientes.
  • Neutralidad: MSF no toma partido por nadie, solo por las personas que necesitan ayuda.
  • Ética médica: la obligación como médicos es asistir sin causar daño.

Además, MSF está comprometida con los siguientes principios y valores:

  • Proporcionalidad: la asistencia responde equilibradamente a las necesidades que detectamos.
  • Profesionalidad: la ayuda es de calidad y eficaz.
  • Proximidad: proporciona asistencia directa, sin intermediarios.
  • Compromiso individual: los trabajadores de MSF asumen una responsabilidad personal con su trabajo y aceptan los riesgos que entraña.
  • Sin ánimo de lucro: MSF no genera beneficios para sí misma. Los fondos recibidos se destinan a acción médica, testimonio, administración y captación de recursos.
  • Control de la ayuda: el trabajo de MSF y sus finanzas están sometidos a estrictas supervisiones internas y externas.
  • Transparencia: las cuentas e informes financieros son públicos.

Las misiones en el terreno

Más de 36.000 profesionales sanitarios, logísticos y administrativos, entre otros muchos perfiles, trabajan en los proyectos de MSF en todo el mundo.

Una misión es el conjunto de proyectos en un país determinado. La base de operaciones generalmente se instala en la capital de ese país. Allí se encuentra el equipo de coordinación, dirigido por el máximo responsable de MSF en el país: el coordinador general (también llamado jefe de misión). En la capital se encuentran también los coordinadores de las áreas médica, logística, financiera y de recursos humanos. En función de las características y dimensiones de la misión, puede ser necesario otro personal de apoyo en áreas concretas.

Los proyectos son los programas que ejecutan las actividades en el terreno. Cada uno de ellos cuenta con un coordinador (llamado coordinador de proyecto o de terreno), que está respaldado por técnicos médico-sanitarios, logísticos y de administración y finanzas. Es aquí donde se encuentra el grueso del personal de la organización, que está formado mayoritariamente por trabajadores del país contratados directamente por MSF: médicos generalistas o especialistas (pediatras, ginecólogos, cirujanos, anestesistas, expertos en medicina tropical, etc.), enfermeros, matrones, farmacéuticos, psicólogos, logistas, administradores, financieros, agentes comunitarios de salud, sensibilizadores, conductores…

 

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